Vivienda y Bienestar para todas y todos
Ser partícipes en otorgar una verdadera protección de los derechos humanos siempre ha sido la prioridad del movimiento de la transformación.
El día de hoy, una vez más ponemos al pueblo y a los derechos sociales de las personas trabajadoras como piedra angular en la construcción del segundo piso de la cuarta transformación, para que todos y todas gocemos de un México con bienestar.
No podemos entender el avance en la protección de los derechos humanos sin proteger a las personas trabajadoras, siendo la herramienta legislativa el elemento que va a instaurar la justicia laboral y el verdadero derecho a la vivienda digna y adecuada.
Recordemos las luchas a lo largo de la historia que se han tenido lugar en todo el mundo, y en nuestro propio país, para que se reconociera el derecho de la clase trabajadora a la vivienda.
Retomemos los esfuerzos del pueblo de México que, en la revolución mexicana, exigió democracia, justicia social y la erradicación de la desigualdad.
Y los invito a recordar para no olvidar esa deuda histórica que tenemos con las personas trabajadoras en la búsqueda de derechos laborales.
Desde 1972, año en el que se creó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), hasta la llegada de la cuarta transformación en la vida pública del país, no se había pensado saldar esta deuda histórica a las personas trabajadoras de forma tan contundente.
En la cuarta transformación sí pensamos en materializar estos derechos sociales.
Hoy, con la reforma que nos remitió nuestra Presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, se implementa de forma óptima y certera un sistema de vivienda con orientación social sustentado en 3 pilares:
El crédito barato y suficiente
La construcción de vivienda
El arrendamiento social con opción a compra
Esto con la finalidad de darle respuesta a la necesidad de vivienda de las personas trabajadoras.
Existe ya un mandato constitucional en el artículo 4o, que reconoce la obligación del Estado y el Derecho de las personas a disfrutar de una vivienda adecuada.
Además, hay un compromiso internacional adquirido por el Estado Mexicano en el artículo 11, numeral 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el que se establece el derecho de toda persona a una vivienda adecuada, así como la obligación de los Estados Parte de tomar las medidas apropiadas para asegurar su efectividad.
Y, por si fuera poco, tenemos el deber moral de atender a la problemática de los trabajadores que anhelan de manera legítima el acceso a la vivienda, quienes lamentablemente han enfrentado diversos obstáculos para hacerlo posible.
Por ello, como legisladora de la cuarta transformación hago valer mi compromiso con el pueblo para que esta nueva política de vivienda del Gobierno de México, priorice la construcción de vivienda social para atender las necesidades de la clase trabajadora.
Y ¡Por el bien de todos, primero los pobres!
Vamos a legislar a favor de que el INFONAVIT tenga mayores facultades, las cuales lo encaminen a cumplir el verdadero fin por el que fue creado: coadyuvar para que todos y todas las personas trabajadoras puedan gozar de su derecho humano a una vivienda.
Esta reforma aportará a la correcta regulación de los derechos sociales de las personas trabajadoras, modificando la Ley del INFONAVIT y la Ley Federal del Trabajo para que se pueda cumplir con el mandato constitucional.
Ya no estamos en la época de los gobiernos neoliberales que se asociaban el poder económico y político para aprovecharse de la clase trabajadora.
No vamos a tener un INFONAVIT inerte o ajeno. En la cuarta transformación rechazamos esa ideología y por ello les reconocemos esta dignidad social con esta reforma.
Los invito a dignificar a esta clase trabajadora y a perpetuarla mediante la aprobación de esta reforma, construyamos un México más humanista con estas herramientas legislativas de las que nos valemos para pagar la deuda histórica con las personas trabajadoras y brindémosle la posibilidad real hacer valer su derecho a la vivienda digna.